Aunque las previsiones meterológicas no eran muy buenas y más de un valiente se quedó en casa. Los demá, siguiendo nuestro espiritu montañero, decidimos enfrentarnos a lo que tocara. Pero ya dijo Julio Cesar que la justicia ayuda a los audaces y, en este caso, se cumplió, porque disfrutamos de un estupendo día, las más de las veces, soleadoComo estaba previsto, formamos dos grupos. El que iba a hacer Porracolina, inició más ligero la marcha desde Asón y los de Senderismo, detrás, más tranquilos. El recorrido inicial era el mismo para ambos grupos: entrar por el Barranco de Rolacía, pero, al llegar a las Cabañas del Chumino, desviarse por ellas hacia el Barranco de La Sota, ¡qué maravilloso espectáculo!, las fotos de Mª José bien lo reflejan.
Desde las cabañas hasta la cascada y por la Cuesta del Avellano para arriba. Buenas vistas de la cascada, de Mortillano y Rocías, Miradores de Saco,...Y hasta ahí la ruta senderista. Luego, vuelta para Asón.
Para entonces, el resto del grupo ya había subido la pindia ladera, camino de la zona de grandes lajas. Un tentempié en las cabañas y para Sotombo. De allí al collado de La Mina y, luego, a cumbre, Por suerte, se podía disfrutar de las estupendas vistas, pero no hacía para estarse mucho, así que, la foto de rigor y para abajo, hacia Bustablado.
Tras la lluvia del día anterior, no faltaba el barro. Menos mal que hay costumbe y se bajó sin ningún contratiempo. Comida en Espinajones y, por Bocebrón, la última parte de la ruta.
En Bustablado reencuentro de los dos grupos y a contarse unos a otros las anécdotas del día mientras se tomaba el café.
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