18 de marzo de 2012
Menos mal que las malísimas malas predicciones de tiempo que daban no se cumplieron. Bueno, no nos hizo de verano como el año pasado en la de Suances - Santillana del Mar, pero habría sido pedir demasiado. Si nos hizo demasiado viento, pero el sol nos alegró con su presencia. Y el mar no podía estar más hermoso, tan embravecido, complementando la belleza de la accidentada costa.Algunos compañeros bromeaban comentando que no sólo era ruta costera, sino ruta gastronómica y no les faltaba razón. Claro, al salir, que menos que tomarse un cafelito (y algo más) para comenzar la ruta con energía. Luego, ¿cómo pasar por La Maruca, un barrio marinero tan típico, y no tomarse unas rabitas y una caña? Y, al final de la ruta, también gusta tomar algo, ¿no?. A fin de cuentas, no todo van a ser rutas duras, de vez en cuando, también conviene hacer rutas con encanto.
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