VII DÍA DEL MONTAÑISMO CÁNTABRO
4 de octubre de 2015
"Caminando por Campoo de Enmedio" :Matamorosa - Castro Cántabro de las Rabas - Cotío - Camino de Santa Marina - Matamorosa
Distancia: 18 km
Desnivel acumulado: 450 m
Duración: 4,50 h
Dificultad: BAJA
Salida: 7,30 h del Pachi Torre
7,50 h en Colindres (La Alameda)
8,10 h en Hoznayo (primera rotonda)
8, 20 h en Gornazo (área de servicio)
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DESCRIPCIÓN:
La ciudad de Iulióbriga (hoy se escribe Julióbriga) era uno de los enclaves romanos más importantes del norte de la península, por lo que por ella pasaba la principal calzada del norte de la península el denominado “Itinerario de Barro”, que iba desde Segisamo (Sasamón) hasta Portus Blendium (Suances), pasando por Iuliobriga. A grandes rasgos, desde Segisamo pasaba por Pisoraca (Herrera de Pisuerga), Amaya, Mave, Aguilar de Campoo, Casasola, Olea, el alto del Bardal. Después bajaba entre Cervatos y Villaescusa, para atravesar el Río Marlantes (por el Puente del Arquillo) y continuar por la base de la ladera N de Cotío (sin cruzar el Río Izarilla), hasta Bolmir y Iulobriga.
El Itinerario de Barro continuaba hacia Portus Blendium, pero en este
primer tamo no iba por donde está trazado el GR 73 Calzada de los
Blendios, ya que cruzaba por las praderías de Requejo, descendiendo por
una cárcava entre Cañeda y Aldueso, discurriendo después junto a
ferrocarril para llegar a Lantueno y continuar junto al río hasta llegar
a Pesquera, donde ya sí conectaría con los restos de la Calzada de la
Tres Conchas.
Los Romanos construyeron este camino para la penetración en terreno
cántabro y facilitar su conquista, teniendo, por tanto un carácter
militar. Posteriormente completaron este recorrido con enlaces entre los
distintos enclaves para facilitar los intercambios comerciales. De
hecho, desde Iulobriga se sabe que salieron otros 4 caminos que la unían
con otros enclaves estratégicos.
Uno de ellos, que se cruzará por varios puntos, es el que saliendo de
Iulobriga pasaba junto Peña Cutral, cruzaba un collado entre los altos
de Cotío y La Poza, bajaba por la vaguada de La Blanca (cerca del lugar
donde estuvo el Castro Cántabro de Las Rabas) y continuaba por los
llanos de Fombellida para cruzar el Puerto de Pozazal. A partir de aquí
giraba a la izquierda para ir a Valderredible.
Hacia Campoo de Suso partían dos calzadas, una iba por el centro del
valle (según se mira al circo de Alto Campoo) y otra por la ladera
derecha (la S del Ropero). La cuarta recorrería Campoo de Yuso siguiendo
hacia Soncillo. Es una pena que, salvo algún puente, no haya llegado
ningún resto de estas calzadas a nuestros días.
Sin embargo, anteriormente a la llegada de los romanos ya existían los
caminos que unían los distintos castros cántabros. De hecho, el Castro
Cántabro de las Rabas, que se visitará en este recorrido, fue totalmente
incendiado durante su conquista, que se efectuó desde las posiciones
romanas de los altos de la Poza (1092 m), de la Mayuela (1069 m) y del
Pedrón (979 m), situados al NO del castro.
Después de su destrucción, este castro desapareció, ya que los restos
encontrados corresponden al período desde principios del s III a.C.
hasta el año 26 a.C. en que fue destruido. Aunque se han encontrado un
par de monedas del s I d.C., la inexistencia de cualquier otro tipo de
restos de esta época hace que este hallazgo sea anecdótico. Además, si
los romanos hubiesen repoblado este enclave, como hicieron con otros
muchos, la calzada que construyeron posteriormente la hubiesen hecho par
la vaguada adyacente al castro y no por la siguiente.
En
cualquier caso, este castro estaba situado en este punto (a media
altura, en vez de la parte alta de un monte, como era normal) por
razones económicas y no estratégicas, ya que desde él tenían un buen
control del trasiego de personas y de acceso a los pastos y tierras de
cultivo, que estaban en el llano donde hoy se sitúa Fombellida. Así todo
tenía una importante muralla, uno de cuyos paños se puede contemplar
después de las excavaciones que se han llevado a cabo en los últimos
años.
Además
de este tema cultural la marcha que aquí se describe tiene el objetivo
del Eurorando 2016, que es la energía, tan importante hoy en día, bien
sea por el aprovechamiento de la misma, como el de la generación
eléctrica. Por lo que se pasará junto a dos molinos maquileros (llamados
así porque el cobro se hacía en harina o grano, la maquila, que
proviene de la palabra árabe makilah (medida), era el porcentaje que
cobraba el molinero por moler el grano, que oscilaba entre el 8 y el
10%). Más adelante se llegará a un generador eólico experimental, en el
que se aúnan el aprovechamiento de la energía eólica y la generación de
energía eléctrica.
-
RECORRIDO
La
salida se realiza desde la Plaza del Ayuntamiento de Matamorosa (855 m)
para continuar por la calle Casimiro Sáinz (SO). Al finalizar ésta (500
m después) se cruza la calle Real (antigua carretera nacional) y se
continúa por la calle San Miguel. Poco después de pasar junto el
edificio delas antiguas escuelas y la Iglesia de San Miguel se llega a
las últimas casas del pueblo, donde el camino da un quiebro para pasar
por un túnel bajo la autovía y un puente y dar a una pista, donde se irá
a la derecha (SO). Por este mismo lugar pasaba el Itinerario de Barro,
que se seguirá durante3,6 km.
Nada
más pasar por debajo del puente del ferrocarril Madrid-Santander se
gira a la izquierda y se entra en un tramo asfaltado (antiguo Camino
Real y Carretera Nacional). En el momento de llegar a la actual
carretera Matamorosa-Cervatos se cruza ésta para seguir por un camino
paralelo a ésta(derecha). Este quiebro hay que hacerlo porque esta
última carretera cortó el camino romano.
Enseguida
se retoma el Itinerario de Barro y se cruza el Puente del Arquillo (860
m), del que se conserva el arco romano y unas piedras del primitivo
enconchado. A continuación se cruza una portilla y el camino continúa
entre los prados, hasta alcanzar el margen de la autovía. Aquí se
termina el trozo por donde iba la calzada romana, aunque se continúa
(izquierda) por el sendero marcado como GR 73. Este camino es el de
Villaescusa-Cervatos, que acaba de pasar debajo de la autovía (por la
derecha).
A los 800 m de tomar este camino se pasa junto al Molino de Cervatos (871 m) sito en el Río Marlantes. Se
trata de un edificio de dos plantas, siendo destinada como vivienda la
mitad que no se encuentra sobre el canal. Éste tiene una amplia entrada,
represando gran cantidad de agua. El molino tiene tres piedras, movidas
por otras tantas turbinas hidráulicas de flujo radial, comúnmente
llamadas rodetes. Una de ellas, la destinada a la molienda del trigo,
utiliza una turbina Pelton, mucho más eficaz que las otras dos, que son
del tipo Francis. De éstas, una se destinaba para la molienda de pienso
para los animales yla otra, aunque podía moler, se empleaba para
trabajos complementarios, ya que mediante unos engranajes cónicos con
dientes de madera movía un árbol con cinco poleas. La primera se usaba
para la máquina de cernido, donde se separaba la harina del salvado. La
molienda llegaba a este dispositivo mediante una cinta de canjilones. La
segunda polea movía La limpia, donde el trigo a sembrar se limpiaba de
malas semillas. La tercera movía una dinamo para poder encender unas
pocas bombillas. La cuarta accionaba la piedra de arena utilizada para
afilar hachas, cuchillos, etc. La quinta, mediante una polea se
conectaba con el piso superior, donde movía otro árbol, con el que
funcionaban todas las máquinas de una carpintería (torno carpintero,
esmeril, sierra de cinta, universal (cepillo, tupí, sierra de disco,
taladro y espigadora)).
Como
en épocas estivales no había caudal suficiente para mover todas las
turbinas, a principios del s XX se instaló un motor BMW de dos tiempos,
con encendido por manivela, tras introducir una mecha encendida por un
orificio hasta la cámara de explosión del cilindro, para mover con él la
piedra de moler el trigo, haciéndose con agua el molturado del pienso
para el ganado. También tenía un sistema automático con el que sonaba un
timbre cuando la presa tenía el caudal suficiente para comenzar la
molienda.
Se
continúa y casi a la entrada de Cervatos se encuentra una bifurcación,
donde se tomará el camino de la derecha, aunque el marcado con las
señales blancas y rojas sea el otro. Este camino a seguir, además de ser
más cómodo que el otro, presenta una perspectiva de pueblo más bonita
que el tramo del GR, saliendo prácticamente a la altura de la Colegiata
de San Pedro de Cervatos (898m).
Es
imposible describir en estas líneas todas las características de esta
iglesia colegial, por lo que se darán unas pinceladas sobre los puntos
más importantes. Pese a que la primera mención documental conocida data
del año 999, es más que probable que los orígenes del Monasterio de San
Pedro de Cervatos pudieran remontarse a las últimas décadas del siglo
VIII o primeras del IX. Sin embargo, el grueso de la actual iglesia se
acometió durante la primera mitad del siglo XII.
El templo consta de una sola nave que desemboca en un ábside semicircular estructurado al exterior en tres paños mediante contrafuertes que, a mitad del muro y a la altura de la línea de imposta, se convierten en elegantes semicolumnas rematadas en capiteles.
El ingreso principal al espacio eclesial se realiza a través de una bellísima portada abierta en el hastial meridional, presentándose ligeramente adelantada respecto al muro y protegida por un breve tejaroz. El vano adintelado de acceso aparece rematado por un soberbio tímpano que, a su vez, queda abrazado por una sucesión de seis arquivoltas de medio punto que descansan sobre columnas acodilladas rematadas en sus consiguientes capiteles figurados. Flanqueando la portada se conservan dos desiguales ventanales abiertos también mediante arcos doblados de medio punto apeados sobre columnillas rematadas en capiteles.
A los pies del templo y desviada respecto al eje se yergue la imponente torre campanario, cuya estructura, de planta ligeramente rectangular, se eleva en tres registros; un primero ciego de gran empaque, y otros dos de campanas cuyos vanos acusan un ligero apuntamiento que delata una cronología algo más tardía que el resto de la fábrica, fruto sin duda de una segunda campaña constructiva encuadrada entre los últimos años del siglo XII y las primeras décadas del XIII.
Junto a la torre, también en el muro occidental, se conserva una tercera ventana
semejante a los del muro sur, desplegando un vano de medio punto sobre columnas protegido por un guardapolvo. Bajo ella, se adivina también el perfil de una primitiva portada dovelada en la actualidad cegada.
Al cuerpo románico original le fue añadido al costado norte una pequeña estructura que en la actualidad desempeña la función de baptisterio y que oculta, al exterior, un tercer ingreso con que contaría la iglesia.
El potente ábside semicircular cubre al interior con bóveda de horno; mientras que el tramo recto que lo precede, hace lo propio mediante una solución de medio cañón. Sin embargo la nave, probablemente entre los siglos XV y XVI, vio cómo su abovedamiento original fue lamentablemente sustituido por una solución más moderna y acorde a los gustos del momento.
La característica más destacada de este templo es la colección de canecillos,
magníficamente conservada, y su particular y bastante explicita iconografía basada enescenas de carácter erótico y pecaminoso, han hecho que éste edificio haya sido conocido popularmente como “la catedral del románico erótico español”, circunstancia que le hace ser uno de los monumentos que más interés ha despertado entre especialistas así como curiosidad entre turistas y visitantes ocasionales.
Resulta imprescindible señalar que la presencia de este tipo de representaciones lujuriosas y pecaminosas en edificios religiosos, algo que parecería impensable que se permitiese en aquella época inquisitoria, tenía el fin de alertar y exhortar gráficamente al entonces iletrado feligrés de los peligros del pecado y de las tentaciones. Pero en los canecillos de Cervatos, pese a que es la sugerente temática erótica la que más atención ha despertado, las representaciones y alegorías del pecado no se limitan solamente a escenas de carácter sexual, sino que se encuentran mascarones grotescos y monstruosos, danzarinas, músicos, representaciones animalísticas de connotación negativa, etcétera. En la cornisa que sostiene el modesto tejaroz que enmarca la portada se ven, además de
varias representaciones de carácter fálico; un músico tañendo un arpa, una monstruosa figura con cuerpo humano y cabeza simiesca, otro monstruo antropófago de enormes fauces devorando una figura, un personaje que parece autolesionarse mordiéndose la mano, otro que parece taparse los ojos, varios animales de simbología demoniaca como el macho cabrío, etc.
Junto
a la colegiata hay un cruce con cuatro ramales, la calle por donde se
ha llegado, el GR 73 que Junto a la colegiata hay un cruce con cuatro
ramales, la calle por donde se ha llegado, el GR 73 que sube junto a la
entrada de la iglesia y otras dos calles. Aunque se puede ir por ambas
es mejor continuar por la de la izquierda (SE), ya que tiene mejores
vistas. Después de pasar junto a la última casa del pueblo se entra en
un callejo entre fincas y cubierto de árboles.
Enseguida se pasa por el Barrio de La Raña, que está compuesto por dos casas, y muy pronto se alcanza el segundo molino (880 m), al que se llega después de pasar un puentecito sobre el Río Marlantes.
Enseguida se pasa por el Barrio de La Raña, que está compuesto por dos casas, y muy pronto se alcanza el segundo molino (880 m), al que se llega después de pasar un puentecito sobre el Río Marlantes.
El
pequeño Molino de La Raña, conocido entre los lugareños como “El
Molinuco”, es un edificio de una planta que funcionó con rodetes que
movían una piedra para triturar el cereal, aunque en un principio tuvo
dos, pero por poco tiempo. Este molino estuvo ligado al anterior, ya que
sus propietarios eran los mismos. Unos años antes de la guerra civil,
dejó de funcionar, aunque tuvo que trabajar de nuevo después de la
contienda, a causa de los problemas de abastecimiento de gasóleo que
necesitaba el otro molino, con el fin de no disminuir la producción.
Se
deja este bucólico lugar y se sale a la carretera nacional, continuando
a la derecha (SE). Enseguida se pasa por el Barrio de Sopeña (890 m),
donde el río ha excavado la estrecha Garganta de Sopeña. Se continúa por
el asfalto durante 1 km, hasta sobrepasar el segundo depósito de la
sal, momento en que se tomará un camino que sube por una canaluca,
alcanzando enseguida una llanada con tierras y prados, que se cruzará
(NE) hasta llegar a un paso bajo la vía.
En
este pasadizo hay una portilla, que hay que abrir y volver a cerrar,
después de lo cual se vira a la derecha (SE) tomando una senda que
discurre paralela a línea férrea. Poco a poco se va separando de ésta y
accede a la parte inferior (946 m) del Castro Cántabro de Las Rabas.
Lo
primero que se ve son unas excavaciones que correspondían a una casa
construida extramuros y un paño de la muralla, denominadas Cata Poblado.
Después de pasados estos restos se girará a la izquierda, para subir
(N) a la loma, donde estaba la parte alta del castro (986 m). Se
recorrerá la llanada (NO) pasando junto a otra de las excavaciones, en
la que se aprecian los cimientos de la muralla de la zona superior. En
este punto se cree que estaba la entrada natural al castro, porque se
aprecia un antiguo camino que cruzaba la edificación y bajaba en
dirección a la Cata Poblado.
El
camino de entrada a este castro era por la vaguada que se encuentra
adyacente por el NE. Además, utilizaban esta vaguada como escombrera,
especialmente en la cabecera, ya que se han encontrado multitud de
fragmentos de cerámica y cenizas.
Se
sigue hacia el NO, para cruzar la vaguada de entrada por su cabecera y
continuar al N girando lentamente al NE, hasta alcanzar la pista que
sube al generador eólico a la altitud de 1021 m, junto a un cerrado para
marcar y cargar el ganado. Se continúa subiendo suavemente por la
izquierda. Pronto se entra en un bosque, Monte de la Matía, de robles
hayas y quejigos, en cuyo tramo la pendiente aumenta ligeramente.
Más
adelante la pista da una amplia curva, a la vez que llanea. Aunque la
pista desemboca directamente en el generador eólico, conviene salirse de
la pista y seguir recto, paralelo a laalambrada, para llegar al Alto de
Cotío (1162 m), desde el cual se tienen unas espectaculares vistas del
embalse del Ebro y su entorno (N) y del Monte Matanzas (1284 m) y el
puerto de Pozazal (S). Al O se tiene una preciosa vista de todas las
cumbres del Circo de Alto Campoo.
Se continúan otros 700 m hasta llegar al Generador Eólico de Vestas (1154 m). Este
aerogenerador es el mayor de España entre los terrestres, sólo
sobrepasado por los eólicos marinos. Se trata del Vestas V112-3,0 MW, de
3000 kW de potencia nominal (velocidad del viento 43 km/h) y una
utilización entre 10 y 90 km/h de velocidad del viento. La regulación de
la potencia se hace mediante el paso variable de las palas, que tienen
una longitud de 54,6 m, lo que hace que el diámetro del rotor sea de 112
m (al sumarle el diámetro del buje). La torre es de acero tubular con
una altura al buje de 94 m, con lo que la altura máxima sobre la cota
cero es de 150 m. La velocidad de rotación también es variable, lo que
permite un mejor aprovechamiento de la fuerza del viento.
A
continuación se va hacia la alambrada (en uno de los tramos cercanos se
pueden desatar los alambres, para pasar) se toma el camino que está
justo al otro lado de la misma siguiendo en la dirección opuesta a la de
subida. En este punto se toma, por un corto trecho el GR 99 y, junto a
unas piedras, hay un panel en el que se indican los picos y lugares que
se divisan desde este punto.
Se
deja inmediatamente el Camino Natural del Ebro y se continúa por el
Camino de Santa Marina, que discurre paralelo a la alambrada. Este
camino se llama así, porque es el que seguían los moradores de
Matamorosa para ir de peregrinaje al Monasterio de Montesclaros y
también al pueblo de Arroyo.
Se
comienza la bajada y al llegar a los árboles del Monte de la Matía, el
camino se desvía a la derecha y, enseguida, se llega a una bifurcación,
donde si irá a la izquierda (SO) para entrar en el bosque. Al momento se
pasa junto a Peña Cutral (1085 m), una enorme roca que queda a la
derecha.
Un poco más
adelante hay que rodear un poco para librar un árbol que el viento ha
cruzado en el camino y enseguida se llega de nuevo junto a la alambrada,
justo en el Collado de Peña Cutral (1052 m). En este punto se cruza la
calzada romana que iba desde Iulobriga al Puerto de Pozazal. No está muy
visible, pero unos 150 m más abajo (S) se pueden ver unos 50 m en los
que aún se conserva la caja de la calzada y alguna piedra.
Se
siguen otros 180 m por el camino y éste da un quiebro a la izquierda,
cruzando la alambrada por una portilla para seguir por la pista a la
derecha. En este tramo se deja a la izquierda el Alto de la Poza (1092
m). En su cima, se han identificado dos grandes campamentos
rectangulares superpuestos, con esquinas redondeadas, delimitados por
terraplenes y, puntualmente, por fosos de poca profundidad. Las puertas
de acceso son del tipo conocido como clavícula interna, característico
de este tipo de estructuras. Los campamentos fueron ocupados en
diferentes ocasiones por el ejército romano, en el período que va de las
Guerras Cántabras (26-19 a.C.) al reinado del emperador Tiberio (14-37
d.C.). Entre los cometidos de las tropas aquí acampadas debió de estar
la toma del castro de Las Rabas y el control de las comunicaciones con
el norte de Cantabria.
Durante
800 m se camina con el bosque a la derecha (primero hayas y robles,
para cambiar a pinos al final de este tramo) y el Alto de la Poza a la
izquierda, por lo que las vistas son escasas. Al final de este trecho se
llega a un cruce, donde se continuará (después de pasar otra portilla)
por el ramal de la derecha (N) entre árboles a ambos lados. Unos 320 m
después se encuentra otra bifurcación siguiendo por la izquierda
alcanzando 620 después el Alto de La Rasa (1057 m) y 40 m después el
repetidor de TV, donde merece la pena detenerse un rato para contemplar
unas magníficas vistas de Reinosa y Campoo de Suso, así como el circo
montañoso de Alto Campoo (esta perspectiva se tendrá durante toda la
bajada).
El camino
comienza la bajada con una curva a la izquierda y otra cerrada a la
derecha, a partir de la cual aumenta la pendiente. Desechando las
salidas que se encuentren a derecha e izquierda, se continúa por la
pista principal, para, después de 1,8 km de bajada, llegar a la pista
junto a la autovía, donde se irá a la izquierda, para conectar de nuevo
con el GR 73, momento en que se pasa el puente y el túnel por debajo de
la autovía, para volver el punto de partida por el mismo camino de la
salida.
Matamorosa
es el núcleo de población más importante de la Merindad de Campoo,
después de la ciudad de Reinosa; en este pueblo reside el Ayuntamiento
de Campoo de Enmedio y el Colegio Público de Casimiro Sainz, en el que
se lleva a cabo la concentración escolar del municipio. El pueblo se
levanta en una ligera terraza formada por la acumulación de materiales
de aluvión arrastrados por la cuenca de los ríos Híjar e Izarilla.
En
su trazado urbanístico se diferencian muy claramente dos zonas que se
corresponden con dos épocas bien distintas. La puebla vieja que está
situada en el extremo sur del pueblo, casi como un barrio independiente
con aspecto marcadamente rural que tan solo se diferencia de otros
pueblos del entorno porque desde mediados del siglo XVIII creció un poco
por su parte oeste, a la vera del Camino Real, durante el reinado de
Fernando VI.
Casi
todo el patrimonio arquitectónico de Matamorosa se encuentra en este
barrio y en sumayoría procede de aquella centuria. Se recuerda el paso
del Camino Real en la alineación de casas, muchas de ellas con
portalada, que hay a ambos lados de la Calle Real. También la Iglesia de
San Miguel se reformó casi por entero en el año 1778, inspirada en la
iglesia de San Sebastián de Reinosa, quedando de su antigua fábrica la
portada abocinada y parte del muro sur en que se mantienen recuerdos de
un románico retardado, que bien podría datar del siglo XIII o incluso
del XIV.
Del
siglo XVIII es la casa del Curtido, en la que se mezcla la tradición
constructiva de la casona campurriana con elementos del barroco civil
montañés, como la amplia solana entre muros cortafuegos y la ventana que
mira a la Plaza del Curtido, enmarcada por una decoración de pilastras
cajeadas, entablamentos, casetones y ménsulas, que no es muy usual por
esta zona. En este barrio aún se conserva, en buen estado, el edificio
donde estuvo ubicada la antigua escuela, construida en la segunda mitad
del siglo XIX.
Agradecimiento:
A Arsenio Rodríguez Balbás, por habernos dado a conocer los antiguos
caminos y habernos proporcionado datos de las instalaciones harineras.
El Equipo de Senderos
15-09-2015
Literatura consultada para texto y fotos
1. Historia Social y Económica de Cantabria. Miguel Ángel Fraile López
2. Castro de Las Rabas (Cervatos, Campoo de Enmedio). Mariano Luis Serna Gancedo, Antxoka
Martínez Velasco Virgilio Fernández Acebo
3. http://www.campoodeenmedio.org/turismo/ampliar.php?Id_contenido=3005&v=0
4. Campoo de Enmedio. Florencio Casuso y Jesús Allende. Editado por el Ayuntamiento de Campoo
de Enmedio.
5. http://www.arteguias.com/catedral/colegiatacervatos.htm
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